lunes, 12 de marzo de 2012

DE POLÍTICOS, CATÁSTROFES Y TELEVISIÓN


 

Cuando alguna catástrofe salta a la opinión pública, nos hemos acostumbrado a que  los representantes públicos estén en primer plano de la actualidad. Es como si nos quisieran decir: “en tiempos difíciles,…..estamos contigo,…. al pié del cañón”. Se ha hecho habitual que, cuando el incendio forestal es de una magnitud importante, primero, las autoridades del ramo, y después sus superiores, aterricen en impolutos helicópteros y recorran en blanquísimos  y carísimos  todo-terrenos las zonas afectadas, interesándose por el bienestar de los ciudadanos. Esto hace que todas las autoridades y políticos de la zona, de cualquier color, se sientan en la obligación de hacerse presente en el lugar de los hechos y ocupar su trocito de actualidad, no vaya a ser que alguien piense que no estuvo allí.
Pero, pensando un poco,…. ..¿no sería mejor que estos dirigentes y gestores de lo publico se quedaran en sus despachos, dirigiendo y gestionando los recursos a su cargo para la eficaz solución de los problemas?. ¿No sería mejor que la medida de la preocupación de los dirigentes sobre la extinción de un incendio, por ejemplo, se midiera por la rapidez con que los bomberos actúan sobre el siniestro, antes que por la cara de preocupación que ponga la presidenta de la comunidad autónoma junta a alguna niña entristecida?.
Cuando alguien está en un hospital, con uno esos camisones que te dejan el culo al aire, a la espera de una intervención quirúrgica, no necesita que el subdelegado del gobierno venga a interesarse por su salud. Lo razonable es que el anestesista y el cirujano cumplan con su oficio, que las enfermeras  hagan efectivo el tratamiento y que celadores, auxiliares y limpiadoras hagan nuestra estancia lo más humana y breve posible.
De forma similar en una sociedad sana y adulta, deberíamos esperar que, cuando la desgracia visita un paisaje, lo último que tiene que llegar al lugar del siniestro es la autoridad civil. Su sitio, en esos momentos, y durante cuantas horas sean necesarias, debería ser su despacho de trabajo, para hacer posible que la crisis desatada tenga la solución más adecuada, más eficaz y mas rápida. En esos mismos despachos en donde, día a día, se debe supervisar el mantenimiento eficaz de las líneas eléctricas, la adecuación de los cortafuegos y, ya, puestos a pedir, la realidad de un sector primario en armonía con su entorno. Con esa “política de despacho” ahorraríamos algunos miles de euros que buena falta hacen para confortar a Europa, sin recortar en Sanidad y Educación.
Desde aquí, nuestro agradecido reconocimiento para quienes han puesto su empeño contra las llamas que ha asolado la Ribagorza y El Pallars y un cariñoso saludo para todos sus habitantes.

 


Las fotos son de Carmen y de Luis, están tomadas desde la ventana de su casa. Un fuerte abrazo para ellos y para quienes han visto ennegrecer su tierra.