El pasado mes de junio falleció Roberto Viñas, compañero y amigo en proyectos y luchas. Su esposa, Beatriz, se encontraba estos días en Graus recogiendo un poco su piso, arreglando sus papeles e intentando que su recuerdo no le apabullara en estos momentos de dolor.
Muchos de vosotros no llegasteis a conocerlo, a otros os suena de oídas por alguna anécdota o comentario, pero para varios de nosotros fue un amigo con el que compartimos largas conversaciones, análisis, inquietudes y proyectos. Roberto, el argentino grandote y desgarbado que nos hablaba de su oposición a la junta militar de su país, de su huida de una Argentina en la que su vida corría peligro, de sus andanzas por otros países latinoamericanos, de su trabajo con la Corte Penal Internacional, de su llegada a España, de su mujer, de sus dos hijos, cada uno en un rincón del mundo, del corralito austral que nos pillaba entonces muy lejos y que ha acabado por ser un ensayo general del asalto ultraliberal al mundo…
Roberto, implicado en ATTAC España desde los comienzos de esta organización, ferviente defensor de la tasa Tobin y de una nueva forma de entender la economía y la sociedad, estudioso en sus últimos años de la historia y de la antropología, autor de una ingente obra de investigación que ha debido dejar inconclusa, decidido opositor de la política de pantanización de los cursos fluviales y de las autopistas eléctricas y los intereses económicos que las auspician, se ha marchado.
Que estas línea puedan llegar al Oriente Eterno como recuerdo de una persona entrañable.
Angel Gayubar.
