domingo, 31 de marzo de 2019

CONVERSACIÓN A LA ORILLA DEL ESERA Y PUNTO DE REFLEXIÓN

Este es el resumen de una conversación sobre la reciente contaminación del río Ésera mantenida a la orilla misma del río.

No sabemos si mandar un escrito a la CHE  servirá para algo. La experiencia nos dice que será una nueva perdida de tiempo. 
Hace 2 años, en pleno verano, a las doce de mediodía el río se cubrió de una capa maloliente y la gente que se estaba bañando tuvo que salir por piernas y en bikini del tramo de baño de Perarrúa. 
¿Qué había pasado? Sencillamente, una cuba se había excedido en el vertido de purín en una finca de Besians y su fertilizante y apestosa carga se desbordó y llegó al río. No pasó nada. Consta a nuestros contertulios que nadie vigila que la cambiante y defectuosa legislación sobre este tema se cumpla. 

El caciquismo campa a sus anchas por nuestro territorio aragonés como en la época de Costa. Nadie, (y eso concita la unanimidad de los tertulianos), parece estar interesado en cambiar de época, de formas, de modos de gobernar. 
Gobierne quien gobierne, gracias a la infernal maraña administrativa de comarcas, autonomías, organismos diversos y pintorescos que nos traen y nos llevan por este laberinto kafkiano, el ciudadano normal se siente desasistido y atropellado. 
La gente se ha alejado de tal modo de la política partidista heredera del 78 (de todos los partidos sin excepción) que la fractura es cada vez más grande en este simulacro de democracia que nos ilustra y nos estafa. 
Produce alarma, pena y desazón ver como es más importante lo accesorio, y aquí se pueden sugerir mil ejemplos de torpeza en los que la supuesta "izquierda" incurre día tras día. Lo fundamental para la ciudadanía que soporta la carga de un estado sobrecargado de gente inútil en la política e instituciones está siquiera sin enunciar, no hablemos ya de resolver. 
Los problemas de la ciudadanía de a pie no solo no se resuelven sino que se agravan. 
Hoy mismo, ha habido manifestaciones para poner sobre la mesa el problema de la despoblación del medio rural, y ya podemos vaticinar de aquí a las elecciones, la sarta de despropósitos y promesas con que nos pretenderán seducir los genios de la política que viven del presupuesto.
Aquellos que llegaron a la política desde las plazas de 2011, deberían trabajar, investigar, denunciar y explicar con argumentos sólidos lo que de verdad nos afecta ahora y aquí. Porque las banderas bicolores, tricolores o cuatribarradas con o sin estrellas, se usan en el espectáculo de prestidigitación por el que las oligarquías ocultan sus robos mientras la ignorancia "se viste de Prada". 
La infantil pretensión de conquistar el cielo sirve de poco sino ayuda a soportar el aumento de la factura de la luz, el impuesto para la depuración de las aguas, el aumento del precio de la gasolina, la tiranía criminal del sistema bancario etc, etc.
Hoy por hoy no se ve que nada cambie o vaya a cambiar a nuestro alrededor y parece que el sueño de una izquierda creativa y comprometida con un cambio sustancial de la realidad se aleja como la linea del horizonte cuando caminamos. 
Escribamos una carta a la CHE...¿y qué le decimos? ¿que sean buenos y vigilen la pureza de las aguas de los ríos...?.  ¿Que cumplan con su obligación?,......
Más bien habría que hacer por cambiar drásticamente la existencia de esa maraña de cargos e instituciones que viven a costa de nuestros impuestos, y que hacen cada vez más difícil la vida en las zonas rurales, a no ser trabajando de camareros en las cabeceras de comarca, o de vigilantes en las granjas de cerdos que inundan el territorio. 
Hace ya muchos años Jacques Ranciere puso sobre la mesa la idea de REPENSAR LA DEMOCRACIA. Tal vez ese ejercicio en esta tierra nuestra, debería servir para decidir si hacen falta comarcas, provincias y municipios o si es llegado el momento para un sustancial cambio en el modelo de nuestra vida.