sábado, 21 de noviembre de 2020

CARRETERA DE ESPÉS: UNA FELICITACIÓN Y DOS SORPRESAS

El pasado mes de julio después de una visita a las obras de acondicionamiento a la localidad de Espés, tuvimos ocasión de informar al SEPRONA de lo que para este colectivo ecologista suponía un grave deterioro del entorno natural debido a la ejecución de unas obras que, no solo a los ecologistas, parecen una verdadera desmesura. 

Pudimos conocer que el Servicio Provincial de Huesca de la Subdirección de Medio Ambiente a instancias de los Agentes de Protección de la Naturaleza, requirió al promotor de la obra en parecidos términos a los que habíamos reflejado en este blog. La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos recibió esta respuesta.  

Hasta este momento, todo lo que hemos reflejado solo puede recibir nuestra felicitación por el interés mostrado y el cumplimiento de su deber.

Ahora viene las sorpresas. La primera viene desde la Diputación de Huesca que procura salir airosa con el menor coste posible, que se repite así misma y a quien le escuche, que todo está bien. Todo ello sin entrar en que algo no estaría  tan bien cuando se ha cambiado de empresa constructora.

Y la segunda viene motivada por la respuesta del Consejo Comarcal de Ribagorza: 

Esta obra la está haciendo DPH y dice que el informe de impacto ambiental que se publicó el 26 de julio de 2016 no considera que haya grandes impactos. Por lo demás, los APN hacen seguimiento sobre las obras, porque está en zonas LIC y ZEPA, la DPH ha contratado una empresa de vigilancia ambiental y se están desarrollando actuaciones innovadoras más allá incluso de lo que dice el informe ambiental –revegetación de taludes o reciclaje in situ de los materiales de voladura-. Por tanto, nada indica que haya afecciones ambientales importantes y cree que las percepciones personales no deben introducirse en la opinión pública sin justificación y que hay que valorar el derecho de los vecinos de los núcleos a los que afecta a tener un acceso en condiciones dignas.

Este grupo ecologista entiende perfectamente la necesidad de acceso de cualquier núcleo habitado de nuestra comarca y entiende, igual de bien, que cualquier obra de movimiento de tierra genera unas afecciones que serán más o menos graves en función de la sensibilidad de quién las ejecute y la capacidad de policía de quien tenga esa función. Lo que ya es más difícil de entender es la capacidad de "mirar para otro lado" y la voluntad de no resultar molesto en otras instancias públicas. Todo ello completa un panorama social y político lejos del ejercicio de la democracia real que define la Ecología Social.