lunes, 6 de abril de 2020

BIODIVERSIDAD Y SALUD HUMANA


En el contexto de la pandemia global causada por el coronavirus es necesario entender el vínculo existente entre la pérdida de biodiversidad y el aumento de enfermedades infecciosas peligrosas para la especie humana.
Un ecosistema sano supone una barrera natural de control de plagas y patógenos y la destrucción de estos para la explotación de recursos naturales nos expone a peligros inciertos.
Ecologistas en Acción hace un llamamiento a la sociedad y al Gobierno de España para tomar medidas que detengan la actual emergencia ecológica y se restablezca el equilibrio entre naturaleza y civilización.

La sociedad tiene ante sí el reto de solucionar la emergencia ecológica a la que se enfrenta, compuesta principalmente por la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, y debe hacerlo urgentemente. Las razones del incremento de enfermedades infecciosas están ligadas a este problema, y las causas son compartidas. La Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) alerta sobre el riesgo de extinción de un millón de especies, y establece como las principales causas el cambio de uso del suelo o mar, la extracción de recursos, el cambio climático, la contaminación y la aparición de especies invasoras. Todas estas causas han sido relacionadas con la aparición de enfermedades infecciosas en los ejemplos citados con anterioridad. El 75 % de la superficie terrestre ha sido transformada significativamente por la humanidad para su beneficio, provocando migraciones de especies salvajes, incursiones de actividades humanas en proximidad con especies hasta ahora ajenas a nosotros y desequilibrios en los ecosistemas, un caldo de cultivo para el surgimiento de enfermedades zoonóticas.
Desde este rincón de Ribagorza, invitamos a que este encierro, entre voluntario y forzado que estamos sufriendo, sirva de oportunidad para la reflexión calmada y profunda sobre el modelo de producción, convivencia y sociedad con que queremos proyectarnos hacia el futuro. 
Aquí tenemos mucho que analizar: podemos pensar en nuestras fuentes, en el agua que bebemos y en el aire que respiramos. El paisaje que sigue ahí mientras estamos recluidos, es el futuro que podremos legar a quienes empiezan a respirar el aire que nosotros hemos heredado.
Esta es una tierra dura, no solo por la naturaleza geológica del suelo que pisamos, sino por la escasa permeabilidad de una buena parte de sus habitantes que han entrado en fase de "inevitabilidad" y han perdido la capacidad de mirar más allá de la frontera de la costumbre.
La biodiversidad y la gestión inteligente del patrimonio natural, es uno de los mayores activos de la comarca. Pero esa gestión es mucho más que repetir (como inevitable) los modelos que tuvieron razón de ser hace 30 años.  

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