No
parece que corran buenos tiempos para las estaciones de esquí en todo el mundo.
En
Estados Unidos están reduciendo a la mitad la inversión de capital para el
próximo año. Se calcula que las 460
pistas de esquí de 37 estados y los sectores económicos que dependen de ellas
podrían sufrir pérdidas por valor 2 mil millones de dólares derivadas del
cierre precipitado.
Mucho
más cerca de nuestra casa, la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y
Actividades de Montaña (ACEM) alerta de que si la crisis del coronavirus se
alarga afectará también a la próxima temporada de invierno en el Pirineo.
En
Cataluña se prevén retrasos en los trabajos de mantenimiento y mejoras y también
se teme por el estado en que se encontrará la sociedad para volver a hacer
gasto en ocio y turismo.
El
confinamiento marcado por el Decreto de Alarma obligará a los responsables de las
estaciones a gestionar desde sus casas las actuaciones a realizar. Eso sin
contar que las empresas que fabrican los remontes y llevan a cabo el
mantenimiento están también paradas.
En
este estado de cosas y dado el alto nivel de incertidumbre general, ya no de
todo un país, sino de todo el mundo occidental, las posibilidades que algo
parecido suceda en la Estación de Cerler son bastante altas.
En
nuestro caso se suman varias circunstancias y ninguna favorable. Al
endeudamiento crónico de ARAMON avalado por el Gobierno de Aragón, se suman la
dificultad para financiar cualquier obra de ampliación.
Al
margen de toda la secuencia de incumplimientos e irregularidades de que ha
hecho gala el intento de ampliación, es preciso considerar la realidad en que
estamos en este momento. Si antes de la pandemia, ya era difícil que Fomento y
Desarrollo del Valle de Benasque pudiera tener acceso a la financiación que,
con mucha gallardía, había prometido el Pignatelli, en este momento de parón
económico y tremenda crisis social sería un auténtico despropósito que se
destinaran fondos públicos a este disparate.
No
estamos hablando de un paréntesis de unos meses y vuelta a la normalidad.
Por si alguien no se había enterado, la
normalidad ha estallado por los aires y si antes podíamos tener argumentos
basados en la Emergencia Climática o la necesidad de un cambio en el modelo de
desarrollo territorial, ahora la excepcionalidad es de tal calibre que ningún
gestor, en su sano juicio, debería hablar de crecimientos insostenibles o,
directamente de quimeras de montaña.Más información en:
https://www.lugaresdenieve.com/?q=es/noticia/estaciones-esqui-eeuu-no-invertiran-mejoras-proximo-invierno
https://www.nevasport.com/noticias/art/58797/snow-space-salzburg-pospone-inversiones-por-valor-de-64-millones-de-euros/
https://www.nevasport.com/noticias/art/58830/vail-resorts-cancela-todas-sus-novedades-pa-la-proxima-temporada/
https://www.lugaresdenieve.com/?q=es/noticia/estaciones-esqui-catalanas-alertan-crisis-covid-19-afectara-proxima-temporada
https://www.nevasport.com/noticias/art/58825/francia-compensara-a-los-120000-trabajadores-temporales-en-estaciones-de-esqui/