miércoles, 19 de agosto de 2020

ARAMON, OBRAS Y CUENTAS

LAS OBRAS DE DUDOSA LEGALIDAD DE UNA EMPRESA DE DUDOSA SOLVENCIA
LA ILEGALIDAD VUELVE A LAS LADERAS DEL COLLADO DE BASIBÉ
Hace un par de semanas ARAMÓN publicó, por fin, las cuentas anuales de la penúltima temporada que han sido auditadas, como siempre, por PRICE WATER HOUSE COOPERS SL (PwC).
ARAMÓN siempre había contratado a PwC en junio-julio, cuando las cuentas se están elaborando, al terminar la temporada. Suponemos que el miedo a repetir el caso AENA ha hecho que en esta ocasión se la contrate en el febrero siguiente cuando las cuentas ya están firmadas por el Consejo de Administración.
En las cuentas de la temporada 18-19, declaran haber tenido un beneficio de 274.000 euros. Es el segundo año que consiguen tener beneficios: 619.000 € la temporada anterior.
ARAMÓN tiene seis filiales: Formigal (incluye Panticosa), Cerler (FDVB), Castanesa Nieve, Nieve Teruel, Araser (Servicios turísticos, deportivos y de aventura, relacionados con estaciones de esquí y de montaña) y Viajes Aramón esquí. Actualmente posee el 100% o más del 99% de todas ellas a excepción de Nieve Teruel de la que tiene el 50%, los otros socios son: la Corporación Empresarial Pública de Aragón (propiedad a su vez de ARAMÓN que tiene el 18,4%) y la Diputación de Teruel que tiene el 31%.
Si sumamos los resultados de todas las filiales y el 50% de Nieve Teruel, nos dan unas pérdidas totales de 1.773.000€. Cerler ganó 812.000€ y Viajes Aramón 158.000€, todas las demás perdieron: Castanesa casi 2 millones y Nieve Teruel más de 1 millón. Y aquí surge el misterio de “¿cómo puedes ganar dinero  perdiéndolo la suma de tus filiales?.”
El Informe de Gestión dice textualmente: “La temporada de esquí 2018-2019 ha sido una temporada marcada por las tardías precipitaciones de nieve, lo que no ha permitido la apertura de la mayoría de las estaciones en las fechas deseadas, provocando una disminución de un 12% en el número de esquiadores frente a la temporada anterior. La duración de la temporada fue de 101 días frente a los 123 días de la temporada anterior”.
Las estaciones de menor altura y más dependientes del Cambio Climático (al que no se nombra ni una sola vez en los varios cientos de páginas de cuentas y perspectivas de negocio futuro) tuvieron muchos menos días: “(…), 39 días con respecto a la temporada anterior en el caso de Javalambre, y 24 días en el caso de Valdelinares. La afluencia de esquiadores de la temporada 2018-2019 ha disminuido un 38% en el caso de Javalambre y un 9% en el caso de Valdelinares, con respecto a la temporada anterior.”
“Y en el caso de Panticosa de 76 días con ningún día de cierre frente a los 125 días de la temporada anterior con 2 días de cierre.”
Dada la subida de la cota de nieve, Panticosa y Nieve Teruel tendrán pérdidas casi todos los años.
Por otro lado los gestores de ARAMÓN fingen que no se acuerdan, pero esta empresa tenía la idea de pagar los déficits y las inversiones en pistas con los superávits del negocio inmobiliario. Este negocio ha resultado ruinoso: se han vuelto a depreciar los terrenos que compraron en Montanuy por 21 millones de €, ahora valen  7,7 millones (en este momento son prados rústicos y nadie los compraría por más de 1 millón). Tienen convenios con ayuntamientos y terrenos para construir más de 7.000 viviendas, imposibles de colocar en un mercado saturado y a la baja. En Cerler tienen solares para construir 2.000 viviendas. En estos momentos, Benasque es el sexto municipio español con más segundas residencias: 2.271 viviendas que representan un 67,6% del total existente. ARAMÓN se creó en los tiempos de la Burbuja y con el convencimiento de que el mercado inmobiliario crecería por siempre hasta el fin de los tiempos. Todo su negocio inmobiliario no son más que activos tóxicos.
Pasemos al capítulo de la deuda: el 4 de diciembre pasado, Marta Gastón en el Parlamento Aragonés declaraba: la prioridad de Aramón era primero «limpiar la casa», algo que, apostilló, está encarrilado tras amortizar deuda, un tercio de forma anticipada, y ultimar una nueva refinanciación.”  “Aramón y Estación Invernal del Valle de Astún SA (Eivasa) rematarán en breve la negociación de un convenio que pondrá fin al litigio por competencia desleal por las inyecciones públicas en el grupo aragonés de la nieve.”
Todavía no sabemos cuánto le costará a ARAMÓN (es decir a los aragoneses) que Astún retire definitivamente la denuncia que interpuso en Bruselas.
Y de la refinanciación esto es lo que dicen textualmente en las cuentas: “Los pagos financiación" contemplan las amortizaciones de la deuda bancaria, así como el pago de los gastos financieros devengados por la financiación ajena del Grupo. Así, se contempla en los meses siguientes a la formulación de estas cuentas, la aprobación de una refinanciación de la deuda del Grupo. Con la nueva financiación se pretende cancelar el préstamo sindicado con vencimiento final en 2023 por importe total a 30 de septiembre de 2019 de 27.985 miles de euros, así como la cuenta de crédito dispuesta a 30 de septiembre de 2019 en 7.019 miles de euros. Para ello se va a firmar un nuevo préstamo sindicado a diez años por importe de 32.500 miles de euros en un tramo A y por un importe de 20.000 miles de euros en un tramo B para financiar el nuevo Capex del Grupo con el objetivo de cumplir así su plan de expansión (importe que será disponible con autorización previa de la justificación del destino de la inversión), y una cuenta de crédito por importe total de 6.000 miles de euros a disponer en los años sucesivos. Los administradores de Aramón, Montañas de Aragón, S.A. estiman que dicho proceso será cerrado satisfactoriamente antes de finalizar 2019.”
Los anteriores créditos estaban avalados por DGA e Ibercaja que se comprometían a pagarlos en el caso que ARAMÓN no pudiera hacerlos frente, hemos de suponer que los nuevos también estarán avalados con nuestro dinero.
Suponemos que el asunto acabó como cuentan y consiguieron la refinanciación. Piden varios créditos por valor total de 58,5 millones y con ellos pagan dos deudas pendientes por valor de 35 millones y les “sobra” algo más de 20 para inversiones en Formigal y Castanesa. Tienen diez años para pagarlo, hasta 2030. Con 20 millones no hay para gran cosa, la prensa dijo que pensaba gastarse 9 este verano entre Formigal y Castanesa, no sabemos hasta qué punto la pandemia habrá alterado estos planes concretos y los de un futuro. Como consecuencia del mayor monto del nuevo préstamo aumentarán las cuotas anuales. Y teniendo en cuenta que su Fondo de Maniobra es negativo por valor de 7,8 millones, significa que no tienen dinero para financiarse en el corto plazo, y si una temporada sufren pérdidas “severas” no podrán afrontarlas y serán Ibercaja y la DGA quienes deberán hacerlo en su lugar ya que se han comprometido a ello.
La Consejera de Economía, Mata Gastón, juró y perjuró que no habría ni un euro para inversiones y ampliaciones y si falta a su palabra debería dimitir junto con su jefe y todo el equipo directivo de ARAMÓN.
Como no tenemos las ultimas cuentas no sabemos que pasó esta temporada, pero sabemos que acabó un mes antes. Y, que en un negocio que trabaja menos de cuatro meses no pueden ser para echar cohetes. Es más, el silencio total que ha mantenido ARAMÓN sobre el balance provisional de la temporada nos hace temer que las arcas públicas están muy cerca (o dentro) de sufrir un atropello por una empresa de esquí que bajaba muy rápido y sin mirar al frente. La pandémica temporada que viene promete ser de infarto. A menos de cuatro meses del comienzo “habitual” de la temporada las perspectivas son poco halagüeñas. Todas las estrategias de mitigación del contagio pasan por no abrir pistas o hacerlo de tal manera que resulte antieconómico.
Queda añadir algún dato a vuela pluma: que la mejora de los resultados se basa en contener los gastos de explotación de manera que cada año tienen menos trabajadores y menos dinero destinado a ellos; han pasando de 427 a 408  personas y de 14 a 13,1 millones de euros. Que al Ayuntamiento de Formigal le pagan un canon anual de 50.000 euros y al de Benasque un canon anual de 522.000 euros actualizables con el IPC; mientras, en Castanesa han comprado, para siempre, los terrenos de la comunidad de propietarios por menos de 30.000 euros.
Pero lo más chocante es que no escriban ni una sola vez “cambio climático”, ni “sensibles bajadas de recursos económicos de las clases medias”, ni “rápido envejecimiento de la pirámide de población”, ni “preocupante bajada de la natalidad” que con la pandemia parece llegar al suelo.