El
destrozo en la carretera de acceso a Espés desde el puente de Río Blanco es de
tal calibre que debemos profundizar en ello y preguntarnos cómo es posible que
desde la misma administración provincial se agreda de esta forma al medio
natural. Una vez más es de aplicación la formula que determina el desinterés público.
OBRA DUDOSA+INTERÉS EMPRESARIAL+POCA INSPECCIÓN=DESASTRE NATURAL
La Diputación Provincial de Huesca es responsable de la destrucción de la capa vegetal en una anchura de 8m. a más de 50m, en algunos tramos. El movimiento de tierras que se observa no guarda proporción con el objetivo de la obra. Se ha podido destruir completamente la vegetación en unas 10has. de una gran variedad forestal (pino albar, álamo, abedul, tilo, haya, roble, serbal,.etc) en una zona muy rica en especies vegetales.
Se han destruido
ejemplares de flora catalogada, al menos de Ramonda Myconi, que es abundante en
este entorno y posiblemente de otras especies menos fáciles de evaluar al no
haberse realizado un estudio previo a la actuación.
Las obras afectan a la Zona de Especial Protección para las Aves “Turbón y Sierra de Sis”, al Área Crítica del Plan de Recuperación del Quebrantahuesos y al de conservación del Urogallo. Causa sorpresa que una administración que establece la protección de estos hábitats ampare con el silencio, su deterioro.
El
mismo desasosiego produce la actuación INAGA que dictaminó en 2016 que el
acondicionamiento de esta carretera no precisaba evaluación de impacto
ambiental.
Bien es
verdad que, según hemos podido comprobar el proyecto que se describe en la
resolución del INAGA se parece poco a lo realizado por la empresa
concesionaria. Mientras el proyecto aprobado describe una plataforma de 5,5m. en una actuación
de “escasas dimensiones” y “afecciones sobre la vegetación, hábitats de interés
comunitario, fauna y espacios de la Red Natura 2000 minimizados por las medidas
preventivas y correctoras propuestas”, lo que hay sobre el terreno son grandes excavaciones en el monte con injustificadas penetraciones en la ladera y vertidos de escombros , sin que se
pueda observar que se haya aplicado ninguna medida preventiva o correctora.
Desde
este grupo ecologista se entiende que la empresa ha incumplido gravemente los
condicionados del INAGA y al mismo tiempo, tanto este Instituto como la propia
DPH han eludido su obligación inspectora. Las actuaciones que la UTE liderada
por HORPISA ha realizado en este entorno natural deberían justificar sobradamente un proceso
sancionador.
La totalidad del proyecto puede descargarse de este enlace:
Es de
especial interés el documento medioambiental (anejo 14) que, tal como ha valorado
el INAGA, recoge una propuesta de actuación “que se adapta al trazado
actual con el fin de disminuir el coste económico y minimizar el posible
impacto sobre el medio”.
Pese a
esta intención del documento ambiental que, por otro lado, realiza (Anejo 14,
pag.1) una justificación del proyecto de dudosa credibilidad, la realidad de la
obra que se puede ver sobre el terreno constituye un pésimo ejemplo de gestión de la obra junto a una grave agresión al entorno natural.