lunes, 2 de noviembre de 2020

¿ESPAÑA VACIADA,.. ESPAÑA VICIADA?

Las palabras VACIADA Y VICIADA se diferencian en una sola letra, pero tras esa diferencia gramatical se esconde un mito que cada vez gana más adeptos y se oculta una mala gestión de los recursos que se ha hecho en el mundo rural aragonés.

Teruel que ha hecho del vacío de su provincia una marca comercial con representación parlamentaria, ha recibido ingentes cantidades de dinero público en forma de plan MINER con un aprovechamiento muy discutible. Estos fondos que deberían haber fomentado la actividad productiva que compensara el empleo perdido por el cierre de las minas para evitar la despoblación, fueron estudiados por la Cámara de Cuentas que concluyó que ese objetivo no se había cumplido. Cientos de millones de euros, engullidos bajo gobiernos de distinto sesgo ideológico, que se suman a los del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) salpicados de las mismas dudas. Sirva como ejemplo los casi dos millones y medio que 50 ayuntamientos del Teruel Vaciado van a tener que devolver por fallos en su gestión.

Pero no solo es Teruel el depositario de la ineficacia en la gestión de nuevas iniciativas de producción, la geografía aragonesa está sembrada de polígonos industriales sin industrias o semi vacíos con un diseño y distribución que se debe más a afinidades políticas que a un plan general de industrialización bien pensado. Un mal entendido sentido de progreso en los pueblos ha esparcido polideportivos y polígonos industriales por todo Aragón sin mas argumento que “nosotros no vamos a ser menos”.

A este juego se han prestado tanto los alcaldes como sus votantes acompañados por empresas de gestión patrocinadas casi siempre desde el mismo espectro político. En este caso y salvo honrosas excepciones, que las hay, la colaboración público-privada se ha convertido, como ya va siendo costumbre, en una deriva de fondos públicos a las empresas gestoras creadas a tal fin.

En la misma línea podríamos hablar de los proyectos LEADER que desde principios de los años 90 dice reconocer a los habitantes del medio rural el protagonismo y la iniciativa para el desarrollo de su propio territorio, propiciando que los proyectos e iniciativas se implanten «de abajo a arriba. Pese a este encomiable objetivo, su adjudicación, valoración y metodología resultan bastante opacas en un mundo que presume de transparente. Si que ha trascendido de la penumbra alguna malversación hábilmente disimulada.

Siguiendo con ejemplos de fondos de desarrollo en el mundo rural podemos hablar también de proyectos compartidos con otras CC.AA,  como Ribagorza Románica, un proyecto piloto de referencia nacional en el desarrollo integral del entorno rural, gestionado con financiación europea que posibilitó, por ejemplo el cambio de los televisores de los hoteles de Boi-Taull o del mobiliario de las terrazas de la zona, así como la instalación de sistemas de control a distancia para la ganadería de  uno y otro lado de la muga de Cataluña.

Si todo esto, cuando menos genera no pocas dudas, lo peor es que nadie ha evaluado estos procesos adecuadamente para establecer las correcciones necesarias y aprovechar el conocimiento que se puede sacar de esta dudosa gestión. Para hacer un buen balance coste-beneficio es preciso conocer qué proyectos se han implementado y qué desarrollo han tenido en el tiempo y, de la misma manera es preciso conocer al detalle, el porcentaje de los programas que se dedican a su gestión y aplicación sobre el terreno. No se debería decir que el mundo rural precisa fondos para su desarrollo si no se ha evaluado qué resultado han dado los fondos que se han gestionado hasta la actualidad.

En el centro de esta forma de hacer las cosas, están los usos y costumbres de la clase política del régimen del 78 de nuestros pueblos y comarcas que es quien ha decidido cómo, dónde y cuanto se repartían unos presupuestos de ayuda al desarrollo que no podemos calificar de escasos.

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El abandono de los pueblos de una parte de la población ha generado la concentración de la propiedad y la capacidad de gestión en cada vez menos manos que tienen su correlato con el espectro político que dirige Aragón. Esto, a su vez ha repercutido en la asunción directa, por parte de la población rural, de estas formas de entender la vida en la que se explota un primitivo y simplista enfrentamiento campo-ciudad desde un victimismo poco o nada fundamentado.

Con el paso del tiempo se acepta con normalidad que la política rural se convierta en una carrera profesional a imagen y semejanza de lo que pasa en las Cortes Aragonesas. Cada trabajador de un ayuntamiento o de una comarca que se presenta a las elecciones aspira a que su paso por la alcaldía/concejalía le permita el salto a la Diputación Provincial y quien sabe si a algún cargo de asesor en Zaragoza y ya puestos a soñar y si se sabe mover con garbo por los pasillos de la Aljafería hasta puede llegar al Congreso de los Diputados.

Resumo de este relato que la práctica de la política rural ha generado una serie de vicios que pesan gravemente en la gestión del espacio público que deja de ser una plaza de pueblo compartida entre iguales para convertirse en células clientelares. Por eso si se habla de la España Vaciada, se debería hablar a renglón seguido de la España Viciada y si se quiere trabajar por la primera, necesariamente habría que hacer frente a la segunda. Es cuestión de una sola letra, pero se debería ser escrupuloso en la ortografía a la hora de hablar del mundo rural más allá de lo típico y lo tópico.

ALGUNAS NOTICIAS :

https://www.abc.es/espana/aragon/abci-fiascos-plan-miner-cientos-millones-fulminados-sombra-carbon-201909102026_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

http://pparagon.es/nuevapparagon/noticiasdeportadanuevapp.asp?Newsletter_ID=8893

https://www.abc.es/espana/aragon/abci-aragon-tiene-poligono-industrial-201207270000_noticia.html

https://www.cope.es/emisoras/aragon/zaragoza-provincia/zaragoza/noticias/aragon-tiene-160-poligonos-industriales-abandonados-20190502_406138