En el extremo occidental del pirineo aragonés, las más selectas y ricas familias de la oligarquía aragonesa (Alierta, Yarza, Solans, Forcen,...) dueños de Ibernieve, presionan para que el dinero público asegure el funcionamiento de Candanchú.
Es muy posible que, antes de que pase el verano, veamos a ARAMON asumiendo las pérdidas de esta empresa que no hace mucho, en el momento de la compra de la histórica estación de esquí, era saludada por los medios de comunicación aragoneses contentos de que.. Candanchú pertenezca a un grupo en el que parte de sus propietarios son del territorio y han demostrado que “apuestan por su tierra”.
Los mismos medios bendicen la necesidad de que el dinero público sanee también a esta empresa, como ya se hizo con las estaciones de Teruel o con la de Panticosa sin poner en cuestión ninguna otra circunstancia que no sean las manoseadas ideas del interés general y de la importancia de la nieve como sector estratégico para los aragoneses.
Desde luego que unos pocos aragoneses (los propietarios de Ibernieve) van a estar encantados de la vida si una vez más las pérdidas se socializan para que las ganancias sigan siendo privadas. Pero no estaría de más que alguna vez estas empresas se comportaran con la autonomía y capacidad de gestión e innovación de la que presumen en los momentos de mostrar la eficacia del sector privado.
Nadie parece valorar las posibilidades reales de que Ibernieve, una más entre las muchas empresas que explotan sus propietarios, pudiera asumir/compensar las perdidas generadas en la nieve con los beneficios ingresados en otros sectores del grupo. Parece que también el liberalismo, en España, "is different".
De la reunión pendiente entre los alcaldes del valle con los consejeros de la DGA Marta Gastón, presidenta de ARAMON, y Arturo Aliaga, vicepresidente y consejero de Industria, y con el presidente de la Diputación Prov.l de Huesca, Miguel Gracia, nada hace augurar que surja algo distinto a lo que ya nos tienen acostumbrados.
Este domingo un grupo de "Amigos de la Tierra", entidad medio-ambientalista presente también en Aragón, ha recorrido la zona de obras de la ampliación de la estación de Cerler y han podido valorar el nivel de sinrazón que alcanzan sus promotores en la decidida, consciente e irreversible destrucción de una parte muy importante de esta zona aragonesa. Para este grupo, la pérdida de estos humedales de alta montaña junto a los brutales consumos de agua y energía a que este proyecto va a obligar, no se explican ni de lejos, en el horizonte de cambio climático que sus promotores han demostrado ignorar sin el menor pudor.
AMIGOS DE LA TIERRA EN BASIBÉ |
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