sábado, 16 de enero de 2021

REIVINDICACIONES JUSTAS / MENTIRAS INTERESADAS

 


Las recientes movilizaciones automovilísticas en defensa de las comarcas pirenaicas tienen su cara y su envés.

Es plenamente comprensible que los sectores golpeados por los efectos de la pandemia soliciten ayudas directas y/o estructurales de los fondos que el estado recibirá de la UE. Al mismo tiempo, es de esperar que los representantes públicos de ayuntamientos y diputaciones que auspician abiertamente estos actos, tengan hilo directo con el aparato del estado a través de la propia estructura y de sus partidos políticos y desarrollen esa labor mediadora desde sus respectivas responsabilidades.

Podemos coincidir plenamente que es necesaria una planificación ejemplar a la hora de asignar los fondos de apoyo para asistir a la ciudadanía y a las empresas en vista del importante impacto económico de la pandemia de coronavirus. Sería una lástima que la ingente cantidad de dinero público que se va a distribuir, fuera a parar, directa o indirectamente a las cuentas de resultados de las grandes empresas de este país que, sin cacerolas ni caravanas, a buen seguro, ya han puesto en marcha todo su glamour para resultar atractivas en el proceso de reactivación del país.

Siguiendo el mismo razonamiento y por una cuestión de optimización de recursos, cabría pensar que, además de solicitar fondos extraordinarios, cada administración reestructurará sus propios presupuestos para hacer frente a la emergencia social, anteponiendo los intereses de la ciudadanía (también los de los manifestantes motorizados) al cumplimiento de unos objetivos que fueron definidos cuando el ataque del virus era solo pensable en una serie de ciencia ficción.

Por el contrario, y atendiendo a lo que pasa en Ribagorza, nos encontramos que continúa el proceso de expropiación de los terrenos que deberá ocupar la ampliación de la estación de esquí de Cerler por Castanesa y por tanto debemos entender que el Gobierno de Aragón persiste en su objetivo de seguir consintiendo las irregularidades precisas para que ARAMON alcance su “objetivo pre-pandemia” esperando que la ayuda europea (igual que hace el alcalde Madrid) pueda sanear una realidad que huele mal por los cuatro costados. 

Así se comporta también la Diputación Provincial de Huesca que, con la misma naturalidad con que reclama junto a los motorizados manifestantes, ayuda al sector turístico y de la nieve, aprueba el millón y pico de euros que va a costar la carretera de Castanesa a Fonchanina que como ha dicho la alcaldesa de Montanuy, nada tiene que ver con la futurible nueva estación de esquí y solo servirá para el uso de sus habitantes. Bien es verdad que esta afirmación parece quedar desmentida por el propio Pleno de la DPH que tal como dice Radio Huesca: En otro de los asuntos aprobados por unanimidad, la Diputación ha adquirido las competencias de expropiación de terrenos comprendidos en el proyecto de ampliación de la estación de Cerler por Castanesa: “Ensanche y mejora en el acceso de Castanea-Fonchanina”.

Estamos seguros de que el único habitante de Fonchanina a quien, según su ayuntamiento va a beneficiar la millonaria inversión, estaría mucho más satisfecho si ese dinero se destinara a paliar las graves afecciones a que están sometidos los trabajadores del valle que en este mercado de reivindicaciones y cacerolas no pasan de ser una justificación social con la que tal vez se camuflen intereses de grupos y personas a los que la emergencia social afecta muchísimo menos.

Desgraciadamente nos estamos acostumbrando a vivir un espectáculo constante de marketing político en el que los intereses de la gente y la necesidad de una gestión eficaz de la sociedad quedan en un segundo plano. El negocio informativo que unas veces mintiendo y otras no diciendo la verdad envuelve nuestra vida, determina el pensamiento de la población que solo es consciente de un pequeño porcentaje de la verdad.

Los, posiblemente bien intencionados, manifestantes que estos días claman y reclaman por el desarrollo de la montaña, deberán tener precaución no vaya a ser que acaben apareciendo como los “cayetanos pirenaicos”. Seguro que si repasan bien las cuentas de ARAMON, por ejemplo, y leen un poco más allá de los titulares de la prensa aragonesa, serán capaces de gestionar con cordura el inmenso patrimonio natural y humano en el que vivimos.